Jannik Sinner, tenista italiano, enfrentó un impacto emocional considerable tras su derrota en la final de Roland Garros ante Carlos Alcaraz. Pese a su estilo de juego metódico y preciso, no logró superar al español, perdiendo en un partido que se extendió por más de cinco horas. Sinner, actual número uno del mundo con un récord impresionante de 47 victorias en 50 partidos, admitió el dolor de la derrota, especialmente ante un rival que ya lo ha vencido tres veces. Aunque mostró solidez mental durante el duelo, reconoció que los momentos críticos y los puntos de quiebre fueron determinantes.
Tras volver al circuito en mayo después de una sanción de tres meses, Sinner demostró su nivel competitivo al llegar a la final en París, repitiendo la hazaña tras haber ganado el US Open y el Open de Australia. Si bien se mostró optimista sobre su progreso y prometió seguir mejorando, la derrota ante Alcaraz reabrió las heridas de derrotas anteriores contra rivales de élite como Novak Djokovic y Rafael Nadal. A pesar del revés, Sinner mantiene su liderazgo en el ranking mundial, asegurando que el resultado no cambiará la sencilla vida familiar que lleva, mientras se prepara para sus próximos desafíos en Wimbledon.
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