Jacek Kurski, conocido por su falta de escrúpulos y obsesión por el poder, es una figura clave en la política ultranacionalista de Polonia. Orquestó una campaña electoral sucia en 2005, inventando que el abuelo del rival Donald Tusk había servido voluntariamente en la Wehrmacht. Como presidente de la Televisión Pública de Polonia entre 2016 y 2022, Kurski transformó el canal en un aparato de propaganda del partido Ley y Justicia (PiS). Su influencia llega al punto de transformar la televisión pública en una herramienta de manipulación y desinformación. Ahora, con el PiS en la oposición, Kurski busca regresar al Parlamento Europeo, posiblemente para mantener su inmunidad y continuar sus maniobras políticas.
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