Donald Trump ha sido elegido nuevamente como presidente de Estados Unidos, convirtiéndose en el mandatario de mayor edad en la historia del país a sus 78 años. A pesar de haber sobrevivido a un atentado durante el verano pasado, Trump parece estar en buena forma física. Sin embargo, está claro el precedente que dejó Joe Biden, quien también asumió con 78 años y mostró un notable deterioro con el tiempo. Ante cualquier eventualidad que impidiera a Trump completar su mandato, su vicepresidente, J.D. Vance, asumiría la presidencia. Vance, de 40 años, ha forjado su camino en la política tras haber sido senador de Ohio, pero su notoriedad se debe, principalmente, al éxito de su libro autobiográfico «Hillbilly, una elegía rural», que ofrece una visión profunda de las comunidades estadounidenses olvidadas que en gran parte apoyan a Trump.
J.D. Vance, quien en el pasado se identificaba como un «never Trumper», ha cambiado su perspectiva hacia el expresidente, destacando su habilidad para conectar con los votantes desilusionados. Su cercanía con el clan Trump se consolidó gracias a Donald Trump Jr., quien admiró las memorias de Vance y su historia de superación personal. Durante su campaña, Vance ha mostrado un enfoque extremo en temas como la inmigración y los derechos reproductivos, sin dudar en atacar a figuras opositoras como Kamala Harris. Su habilidad para manejar debates con políticos consagrados y su lealtad a Trump lo posicionan como potencial sucesor al trumpismo. Con la toma de posesión en enero, Vance entra en una fase clave de su carrera política, en la que podría convertirse en el rostro futuro de la corriente política que Trump representa.
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