El Gobierno de coalición ha inaugurado un escenario inédito en el ámbito de la Defensa, impulsado por una histórica inversión en el sector. Este movimiento refleja un cambio estratégico en la política nacional, que busca reforzar las capacidades militares del país en un contexto internacional cada vez más complejo y desafiante. Las autoridades han destacado que este aumento en el presupuesto no solo responde a compromisos con aliados internacionales, sino también a la necesidad de modernizar y fortalecer el papel de las Fuerzas Armadas en misiones de paz y seguridad global.
La decisión llega en un momento en que el debate sobre el gasto militar está en el ojo del huracán, con voces críticas que cuestionan la prioridad de estos desembolsos frente a otras necesidades sociales. Sin embargo, el Ejecutivo defiende que una defensa robusta es esencial para asegurar la estabilidad y la prosperidad del país a largo plazo. Este giro estratégico en Defensa podría tener implicaciones significativas en las futuras políticas gubernamentales, al tiempo que se vigila su impacto en otros sectores prioritarios para el bienestar ciudadano.
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