En el corazón de la Provenza francesa, un ambicioso proyecto se perfila como el futuro energético del planeta: ITER, la mayor iniciativa de energía de fusión nuclear jamás intentada. Allí, más de 2.000 científicos y técnicos de 35 países se han unido en la misión de recrear en la Tierra la misma energía que alimenta al Sol.
El desafío no es solo de infraestructura: el proyecto demanda una gestión digital sin precedentes. La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un aliado crítico para ITER, permitiendo la utilización de tecnologías avanzadas como Microsoft 365 Copilot y Azure OpenAI Service para ensamblar más de un millón de piezas únicas y verificar la calidad de soldaduras necesarias para las extremas condiciones del reactor.
Según Alain Becoulet, subdirector de ITER, la IA multiplica la capacidad humana, acelerando procesos que antes eran laboriosos. Por ejemplo, un equipo liderado por la ingeniera María Ortiz De Zúñiga ha implementado modelos de IA para inspeccionar soldaduras críticas con una precisión imposible de lograr manualmente.
La pieza central del reactor, un gigantesco contenedor llamado tokamak, albergará el plasma a temperaturas de hasta 150 millones de grados Celsius. En este contexto, la IA no solo facilita el ensamblaje sino que optimiza simulaciones críticas para evitar fallos y mejorar la producción energética, según explica Alberto Loarte, responsable del diseño experimental del tokamak.
A nivel administrativo, la IA también transforma el trabajo en ITER. Herramientas como Microsoft Copilot permiten gestionar tareas administrativas con mayor eficiencia, lo que es crucial en un entorno donde se gestionan más de 40.000 tickets de IT anualmente. La precisión y accesibilidad de la información mediante IA ha mejorado significativamente la operatividad diaria.
A diferencia de la fisión nuclear, la fusión no produce residuos radiactivos peligrosos ni conlleva riesgos de accidentes catastróficos. Aunque ITER no está diseñado para conectarse a la red eléctrica, su objetivo es validar que se puede generar 500 MW de potencia de fusión con solo 50 MW de entrada, estableciendo así un precedente para futuras plantas comerciales.
El proyecto ITER, con el apoyo de la inteligencia artificial, representa una esperanza tangible hacia un futuro con energía limpia, segura y abundante. A medida que se acerca su primera ignición prevista para 2033, la humanidad está un paso más cerca de tener en la Tierra una nueva “estrella” que ilumine el camino hacia un futuro sostenible.
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