El acuerdo de paz anunciado por Donald Trump, que prometía poner fin al conflicto entre Israel y Hamás, se encuentra en un estado crítico apenas días después de su firma. Tanto las autoridades israelíes como los líderes de Hamás se acusan mutuamente de no cumplir con los términos acordados, lo que plantea serias dudas sobre la viabilidad del pacto. Israel demanda la entrega total de los cuerpos de los rehenes, de los cuales solo siete han sido devueltos de un total de 28. A su vez, Hamás sostiene que las muertes de palestinos a manos del ejército israelí siguen ocurriendo, lo que contraviene el alto el fuego estipulado.
La situación se complica aún más con las declaraciones de Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quienes han hecho claras advertencias sobre las consecuencias de un incumplimiento por parte de Hamás. Ambos líderes están presionando para que el grupo islamista se desarme, mientras este último continúa entregando cuerpos como parte de su compromiso con el acuerdo. En medio de este tenso panorama, la ayuda humanitaria sigue fluyendo hacia Gaza, aunque las condiciones en la zona permanecen críticas. Las próximas horas serán clave para determinar si el frágil acuerdo puede ser salvado o si se reanudarán las hostilidades.
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