Las negociaciones entre Hamás e Israel han cobrado mayor celeridad, gracias, en parte, a la presión ejercida por Donald Trump antes de su inminente toma de posesión presidencial. Fuentes cercanas al grupo islamista palestino, en conversaciones mediadas desde Doha, aseguran que el acuerdo para un alto el fuego está al alcance. Las discusiones, que continuarán a alto nivel en Qatar, han sido descritas como cruciales por los participantes, quienes esperan poder anunciar un anuncio formal en las próximas horas. Según declaraciones recogidas, el pacto contempla un cese de hostilidades en tres fases, cada una de 42 días, con un objetivo final de alcanzar un alto el fuego permanente.
El acuerdo, que ha enfrentado resistencia dentro del gobierno de Netanyahu, propone la liberación inicial de 33 rehenes por parte de Hamás, a cambio de la retirada progresiva de las fuerzas israelíes de áreas civiles. Además, incluiría la excarcelación de 1.000 prisioneros palestinos y la provisión de ayuda humanitaria en Gaza. Sin embargo, elementos ultraderechistas en el gabinete de Netanyahu, como el ministro Itamar Ben-Gvir, han amenazado con dimitir en caso de que se firme el pacto. Mientras tanto, el acuerdo establece restricciones para los combatientes más duros de Hamás y sugiere la no ocupación de ciertas áreas por parte de los presos liberados, destacando la complejidad y el equilibrio que se busca en estas delicadas negociaciones de paz.
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