En las últimas 24 horas, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han intensificado su campaña militar contra las milicias de Hezbolá y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), resultando en la muerte de aproximadamente 110 combatientes en Líbano y la Franja de Gaza. Según comunicó el ejército israelí a través de sus redes sociales, los ataques aéreos han destruido más de 120 objetivos asociados con Hezbolá, incluyendo instalaciones de producción y mantenimiento de armamento, así como un almacén en la localidad de Dahiya. En el sur del Líbano, las fuerzas israelíes atacaron infraestructura militar y neutralizaron a un escuadrón terrorista que disparaba desde un edificio. Estas acciones forman parte de un esfuerzo continuo por desmantelar las redes operativas de estas organizaciones consideradas terroristas por Israel.
En paralelo, los bombardeos sobre la Franja de Gaza han dejado más de 40 militantes de Hamás muertos, con incursiones significativas en zonas como Yabalia y el centro del enclave palestino. Este conflicto se ha intensificado desde los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre del año pasado, que resultaron en 1.200 muertos y aproximadamente 250 secuestrados en Israel. Según el Ministerio de Sanidad gazatí, el número de víctimas palestinas alcanza al menos 42.924 muertos, con más de 100.000 heridos, cifras que podrían ser mayores debido a cuerpos aún por rescatar o zonas inexploradas. A este panorama se suman más de 600 muertos en Cisjordania y alrededor de 2.500 fallecidos en Líbano, elevando considerablemente el costo humano de este prolongado conflicto.
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