Los recientes bombardeos en el sur y este del país han dejado al menos 24 niños muertos, según informaron fuentes oficiales. Uno de los ataques más significativos tuvo lugar en Beirut, cuyo objetivo era Ali Karaki, el máximo responsable militar del grupo tras la muerte de sus dos anteriores líderes. La situación ha generado una ola de condenas y ha puesto de relieve la escalada de violencia en la región, afectando gravemente a la población civil y, en particular, a los más vulnerables.
Hizbulá, por su parte, ha confirmado que Ali Karaki sigue con vida, a pesar del ataque directo en un intento por neutralizar su liderazgo. Este hecho subraya la persistente inestabilidad y los peligros constantes en la zona, donde los conflictos armados continúan generando una crisis humanitaria severa. La comunidad internacional observa con preocupación los eventos, mientras se hacen llamados urgentes para cesar la violencia y proteger a los civiles, especialmente a los niños, de futuros ataques.
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