Las tensiones se han intensificado en la Franja de Gaza este domingo, después de que las autoridades israelíes decidieran detener la entrada de ayuda humanitaria al enclave. La medida surge tras el fin de la primera fase de un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás. Este acuerdo temporal, facilitado por mediadores internacionales, no avanzó hacia una segunda fase debido a desacuerdos entre las partes, como la negativa de Hamás a aceptar el llamado «borrador de Witkoff». Este documento proponía extender la tregua durante el mes de Ramadán a cambio de la liberación de rehenes, una oferta rechazada por el grupo islamista. Según el comunicado del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, la suspensión de la ayuda es una respuesta a la falta de avances en las negociaciones.
Por su parte, Hamás ha calificado la interrupción del suministro como un «chantaje» y un «golpe de Estado» contra el alto el fuego, y ha llamado a los mediadores internacionales a presionar a Israel para detener lo que consideran medidas punitivas contra la población de Gaza. Las negociaciones para una segunda fase del acuerdo, que incluiría la liberación de todos los rehenes y el fin definitivo de las hostilidades, estaban previstas para comenzar tras la primera fase, pero se encuentran estancadas. La situación ha generado inquietud tanto en las familias de los rehenes como entre los civiles gazatíes, que temen una reanudación de los combates tras 42 días de tregua.
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