Las autoridades israelíes confirmaron que los 12 activistas, interceptados mientras navegaban en una flotilla hacia la Franja de Gaza, se encuentran en buenas condiciones de salud y serán deportados a sus países de origen. Según el comunicado oficial, la operación fue llevada a cabo sin incidentes mayores, y las medidas adoptadas se realizaron bajo el marco legal establecido. Los activistas habían zarpado en una iniciativa de ayuda humanitaria, pero las fuerzas israelíes alegan que su intervención fue necesaria para evitar una posible violación del bloqueo marítimo impuesto en la región.
Por otro lado, los organizadores de la flotilla acusan a Israel de secuestrar a los activistas, argumentando que su intención era puramente humanitaria y pacífica. Denuncian que la interceptación viola el derecho internacional y recalcan que su misión buscaba llevar suministros esenciales a la población de Gaza. Este enfrentamiento ha intensificado el debate sobre las medidas de seguridad en la zona y el acceso a la ayuda humanitaria, generando críticas y apoyos en distintos escenarios políticos y sociales internacionales.
Leer noticia completa en El Mundo.