El portavoz del Ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagari, declaró este viernes que los rehenes Ariel y Kfir Bibas, dos niños de cuatro años y nueve meses respectivamente, fueron asesinados por terroristas palestinos en Gaza con sus propias manos, contradiciendo las afirmaciones de que habían sido víctimas de un ataque aéreo israelí. Hagari basó sus declaraciones en un informe forense y en información de inteligencia, acusando al grupo islamista Hamás de intentar encubrir el crimen. Sin embargo, no se presentaron pruebas directas para sustentar esas afirmaciones, y Hamás, por su parte, mantuvo su versión de los hechos, sugiriendo que un ataque israelí fue el responsable de sus muertes.
En medio de esta creciente tensión, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se disculpó públicamente por no haber logrado proteger a los rehenes. En un comunicado, lamentó la liberación de los cuerpos entregados por Hamás que, tras ser examinados, no incluían el de Shiri Bibas, madre de los niños, generando más controversia y acusaciones de violación del acuerdo de alto el fuego. Netanyahu prometió llevar a los responsables ante la justicia, calificando los asesinatos de «descarada violación» y describiendo a los Bibas como un símbolo de la lucha de Israel contra el terrorismo. La situación sigue siendo tensa, con demandas de ambas partes y un alto número de rehenes aún sin liberar.
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