La tensión política entre España e Israel ha alcanzado un punto álgido después de que el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, acusara al presidente español, Pedro Sánchez, de incitar protestas propalestinas que causaron la cancelación de la Vuelta a España. Este ataque verbal se produce tras la decisión del Gobierno español de implementar medidas para restringir el flujo de armas hacia Israel, en respuesta a su asedio a Gaza. Las críticas de Saar coinciden con las declaraciones de Sánchez sobre la falta de recursos para frenar la ofensiva israelí, lo que generó acusaciones de incitación por parte de Benjamín Netanyahu. Además, la Unión Europea, bajo el liderazgo de Ursula von der Leyen, ha considerado anular su tratado comercial con Israel, lo que ha añadido más presión internacional sobre el gobierno de Netanyahu.
En medio de las tensiones diplomáticas, miles de activistas se manifestaron en Madrid en contra de la participación del equipo Israel-Premier Tech en la Vuelta, lo que llevó a su cancelación debido a preocupaciones de seguridad. En paralelo, el ministro de Comunicaciones israelí, Shlomo Karhi, propuso suspender la participación de Israel en el Mobile World Congress de Barcelona, aunque la propuesta no ha recibido apoyo unánime en el gobierno israelí. Las relaciones entre ambos países se deterioraron aún más tras el reconocimiento por parte de España del Estado de Palestina en 2024, lo que resultó en la ausencia de un embajador israelí en Madrid. Las tensiones se incrementaron con un ataque en Jerusalén, atribuido a Hamás, que resultó en la muerte de seis personas, incluido un español, avivando las críticas hacia Sánchez desde Israel.
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