Tras más de dos meses de severo bloqueo en Gaza, Israel ha anunciado que permitirá el ingreso de una cantidad mínima de alimentos para la población. La medida, anunciada por el primer ministro Benjamín Netanyahu, busca prevenir una crisis de hambre en la región. Este cambio de postura ha generado tensiones con los aliados ultraderechistas del gobierno israelí. No obstante, el comunicado no especifica cuándo ni cuántos suministros entrarán en la franja, dejando fuera elementos críticos como agua, medicinas y combustible. Analistas sugieren que esta decisión responde a la creciente presión internacional, especialmente después de que incluso el presidente de EE. UU., Donald Trump, hiciera comentarios sobre la situación humanitaria crítica en Gaza.
Mientras tanto, la Operación Carros de Gedeón continúa intensificando la violencia en el territorio, con bombardeos que han resultado en cientos de muertes. La situación se agrava con las nuevas órdenes de desalojo masivo, que han dejado a 300,000 personas desplazadas sin recursos básicos. La ONU y diversas organizaciones humanitarias han rechazado un plan israelí-estadounidense que pretende militarizar la distribución de ayuda en Gaza, argumentando que viola los principios humanitarios. Con miles de toneladas de alimentos bloqueados en la frontera, la población gazatí enfrenta un futuro incierto, atrapada entre la violencia y la escasez extrema.
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