Israel y Hamás están en los últimos preparativos para un canje crucial que involucra la liberación de rehenes israelíes retenidos en Gaza a cambio de cerca de 2.000 presos palestinos. Este intercambio, que inicia la mañana del lunes, es un eje central del plan del presidente estadounidense, Donald Trump, para estabilizar la frágil tregua en Gaza. Según la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, los rehenes serán entregados al Comité Internacional de la Cruz Roja. Sin embargo, persisten dudas sobre la entrega de cadáveres, ya que Hamás enfrenta dificultades para recuperar los restos de fallecidos. Este canje no solo ensaya el acuerdo Trump-Netanyahu sino que también destaca las tensiones sobre la inclusión de presos de alto perfil, reclamados por Hamás pero rechazados por Israel.
Mientras tanto, el entorno político internacional se mueve con la rápida visita de Trump a Jerusalén, donde se reunirá con Netanyahu y pronunciará un discurso ante la Kneset, como parte de la implementación de su plan para Gaza. Sin embargo, el trasfondo de estas negociaciones revela las tensiones internas dentro de la Administración Palestina, con figuras como Ahmad Saadat y Marwán Barghuti quedando excluidos del canje, generando tensiones con Hamás. Al mismo tiempo, en el plano internacional, el ex primer ministro británico, Tony Blair, colabora con la OLP en la gestión del seguimiento al alto el fuego. Esta compleja trama diplomática busca consolidar una paz duradera, mientras Trump se prepara para partir a Egipto para ratificar su plan en una cumbre internacional, obviando a líderes israelíes en el evento.
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