Irán ha intensificado la ya tensa situación en Oriente Próximo al lanzar un ataque con misiles sobre Israel este martes. Estados Unidos había advertido con antelación sobre la ofensiva «inminente» al detectar movimientos sospechosos en Teherán, permitiendo a ambos países estar en un estado de máxima alerta. La ofensiva iraní ha utilizado una combinación de drones, misiles de crucero y balísticos, resaltando el poderío militar de un país que, según el Global Firepower, se ubica en el puesto 14 a nivel mundial. Pese a su inferioridad en armamento convencional avanzado, Irán ha logrado construir el mayor y más sofisticado arsenal de misiles balísticos de la región, que se consideran su principal herramienta de disuasión.
El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari, aseguró que no habían detectado ningún peligro aéreo de última hora desde Irán, aunque habían elevado su nivel de alerta y estaban preparados para responder. Israel cuenta con sistemas de defensa aérea avanzados, incluyendo el conocido «Domo de Hierro», apoyado por Estados Unidos. A pesar de la aparente seguridad del sistema defensivo israelí, las repercusiones de este conflicto tienen el potencial de escalar, dado que Irán dispone de un estimado de más de 3.000 misiles balísticos y ha desarrollado capacidades para atacar objetivos a grandes distancias, incluyendo territorio israelí.
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