Irán ha lanzado unos 200 misiles sobre Israel en la tarde del martes, en lo que se considera la mayor ofensiva registrada por parte del régimen de los ayatolás contra el estado hebreo. Esta acción sigue a la muerte de figuras clave de grupos aliados de Irán, como Hasan Nasralá, líder de Hezbolá, y Ismail Haniye, líder político de Hamás, en ataques recientes de Israel. A pesar del gran volumen de proyectiles, no se reportaron muertes entre los israelíes, aunque sí varios heridos leves debido a impacto de metralla y caídas mientras corrían a refugios antiaéreos. El sistema defensivo conocido como Cúpula de Hierro logró interceptar una gran cantidad de misiles, evitando daños mayores.
La comunidad internacional ha reaccionado con alarma ante esta escalada de violencia. António Guterres, secretario general de la ONU, condenó la «expansión del conflicto» en Oriente Medio y llamó a un alto el fuego inmediato. En Israel, el gabinete de seguridad se reunió en un búnker secreto en Jerusalén, mientras se reabría el espacio aéreo tras dar por concluido el ataque. La ofensiva de Irán, la segunda de gran magnitud en los últimos meses, ha generado un clima de gran tensión en la región, con ambos países en estado de alerta máxima.
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