El martes, Irán lanzó más de un centenar de misiles contra Israel en lo que ha sido calificado como «el día de la venganza de los ayatolás». El ataque, confirmado por el portavoz militar israelí Avichay Adraee, causó que se activaran las sirenas antiaéreas en Tel Aviv y se escucharan explosiones. En Jerusalén, el sistema de defensa «Escudo de Hierro» interceptó varios misiles. El Cuerpo de Guardias Revolucionarios de Irán afirmó que el ataque es una represalia por los asesinatos recientes del líder de Hizbulá, Hasan Nasralah, del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, y de un comandante iraní.
En respuesta al ataque, la embajada de Estados Unidos en Jerusalén ha ordenado a todo su personal que se resguarde hasta nuevo aviso, debido a la creciente inseguridad. La legación diplomática también ha instado a los ciudadanos estadounidenses a mantenerse en alerta, subrayando que los disparos de cohetes pueden ocurrir sin previo aviso. Esta medida se tomó antes de que Irán comenzara el lanzamiento de misiles, en reacción al bombardeo israelí en el que murió el líder de Hizbulá, Hasan Nasrala, el viernes pasado. El Departamento de Estado ha emitido estas directrices en un esfuerzo por preservar la seguridad de su personal y de sus ciudadanos en la región. (Noticia en ampliación)
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.