Los ciudadanos de Jerusalén y Tel Aviv están buscando refugio a medida que una nueva oleada de proyectiles azota las ciudades, generando un ambiente de temor y caos en la región. Estos ataques han aumentado la tensión en una zona ya de por sí conflictiva, obligando a los residentes a huir hacia refugios y zonas más seguras para protegerse de los bombardeos. Las autoridades locales han instado a la población a mantenerse en alerta y seguir las indicaciones de seguridad mientras intentan gestionar la crisis y brindar asistencia a los afectados.
En medio de esta situación crítica, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha manifestado su apoyo a Israel, declarando que su país está dispuesto a ofrecer ayuda para que Israel pueda defenderse. La declaración de Biden refuerza la alianza entre Estados Unidos e Israel en un momento de intensificación del conflicto, subrayando el compromiso estadounidense con la seguridad del Estado israelí. Esta postura ha sido recibida con alivio por algunos sectores, pero también podría incrementar las tensiones en la región ante la posibilidad de una escalada en las hostilidades.
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