Por quinto día consecutivo, Irán ha intensificado sus ataques contra Israel con misiles dirigidos a Tel Aviv y Jerusalén. A pesar de que no se han reportado víctimas directas, el conflicto ha causado la muerte de 24 personas desde el inicio de las hostilidades. Israel ha interceptado drones iraníes y denuncia que Teherán está atacando directamente a civiles. Irán, por su parte, asegura haber golpeado objetivos militares, incluyendo instalaciones del Mosad. En este contexto, el presidente estadounidense Donald Trump ha solicitado la rendición incondicional de Irán mientras acusa a Ali Jameneí de ser un «blanco fácil».
El ejército israelí ha continuado con su estrategia de asesinatos selectivos, informando la eliminación de Ali Shadmani, nuevo jefe del Estado Mayor iraní. Esta acción ha dejado al líder supremo iraní, Ali Jameneí, sin varios de sus principales colaboradores. Las hostilidades han afectado también a ciudadanos extranjeros, como demuestra la destrucción de viviendas de empleados de la Embajada de España en Tel Aviv. El conflicto ha alterado la vida cotidiana en Israel, particularmente en zonas como Bat Yam, donde las evacuaciones y destrucciones son parte de la nueva realidad. Israel justifica su ofensiva alegando un supuesto avance nuclear iraní, aunque informes estadounidenses sugieren lo contrario, lo que ha intensificado el debate sobre las verdaderas intenciones detrás de estas operaciones.
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