El radón es responsable de aproximadamente 1.500 muertes al año en España y se ha consolidado como la segunda causa de cáncer de pulmón en el país, siendo la principal entre los no fumadores. Este gas radiactivo, que se filtra de manera natural desde el suelo hacia el aire en interiores, representa una amenaza invisible, ya que es incoloro e inodoro. La exposición prolongada al radón aumenta significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, lo que ha llevado a los expertos a destacar la importancia de medir su presencia en hogares y lugares de trabajo. La disposición de medidores adecuados es esencial para identificar niveles peligrosos y tomar medidas correctivas.
A pesar de su impacto en la salud pública, la conciencia sobre los peligros del radón es limitada. Las autoridades sanitarias subrayan la necesidad de incrementar la sensibilización sobre este problema, especialmente en regiones con alta presencia de radón, como áreas montañosas y urbanizaciones construidas sin un adecuado control de este gas. La instalación de sistemas de ventilación y la mejora del aislamiento en edificios existentes son algunos de los pasos recomendados para mitigar el riesgo de exposición. El impulso de campañas informativas y la regulación más estricta para nuevos desarrollos inmobiliarios podrían jugar un papel crucial en la reducción de los casos asociados a este peligroso carcinógeno.
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