Wyoming inició su monólogo en «El Intermedio» citando a Albert Einstein para reflexionar sobre la idiotez en el mundo, destacando que la cantidad de «idiotas» supera hoy en día a los jóvenes en patinete eléctrico. Con un tono irónico, el presentador se refirió a las últimas investigaciones que sugieren que el universo, a pesar de su inmensidad, podría tener un fin, lo que contrasta con la cantidad de riqueza desocupada en el sector inmobiliario nacional. Mencionó que el Gobierno planea aumentar impuestos a las viviendas vacías para fomentar su uso, enfatizando que casi cuatro millones de hogares permanecen deshabitados mientras muchas personas sufren por encontrar un lugar donde vivir.
En una crítica a la avaricia y la interpretación de los derechos de propiedad, Wyoming recordó que, según la Constitución, toda riqueza debe estar al servicio del interés general. En sus declaraciones, instó a aquellos que poseen propiedades vacías a reconsiderar sus prioridades, sugiriendo que el dinero podría ser mejor invertido en cosas menos perjudiciales, como jamones de jabugo. Concluyó su intervención reafirmando la idea de que la verdadera infinita podría ser «la estupidez y la avaricia de algunos», insistiendo en la necesidad de un enfoque más ético hacia los problemas sociales actuales.
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