Investigadores chinos han recorrido un largo camino en el campo de la tecnología con el desarrollo del primer sistema de interfaz «cerebro-en-chip» de código abierto a nivel mundial. Este innovador sistema, que permite controlar un robot para evitar obstáculos y manipular objetos mediante «control mental», fue revelado el miércoles por el Science and Technology Daily.
El sistema fue el resultado de una colaboración entre los equipos de investigación de la Universidad de Tianjin y la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur. Emplea un cerebro artificial cultivado in vitro, conocido como «órgano cerebral», que puede interactuar con información externa a través de procesos de codificación, decodificación y retroalimentación de estímulos cuando se combina con chips de electrodos. Este avance ofrece una visión prometedora de las posibilidades en el ámbito de las interfaces cerebro-máquina.
La Universidad de Tianjin ha solicitado 15 patentes nacionales de invención en el campo de las interfaces cerebro-en-chip, de las cuales dos están en proceso de revisión en Estados Unidos y el Reino Unido. La institución ha adelantado que en el futuro se centrarán en áreas clave de investigación científica como la comunicación inteligente, la migración y la integración, con el objetivo de acelerar la aplicación de esta tecnología.
Un reciente estudio publicado por el equipo de investigación de la Universidad de Tianjin en la revista internacional Brain en el campo de la neurociencia, aporta una base sólida para el cultivo de un «cerebro» más avanzado. Este estudio destaca el potencial de la tecnología cerebro-en-chip para impulsar el desarrollo de tecnologías de vanguardia, como la inteligencia híbrida.
Aunque esta tecnología se encuentra aún en fases tempranas de desarrollo, incluye aspectos vitales como las bases inteligentes y la comunicación inteligente. Las bases inteligentes actúan como la unidad central de procesamiento (CPU) del chip, esenciales para alcanzar capacidades avanzadas de simulación y análisis del cerebro.
Pese a su impresionante potencial, el órgano cerebral enfrenta desafíos significativos como baja madurez y un suministro de nutrientes inadecuado, según el equipo de investigación de Tianjin. Sin embargo, estos obstáculos no han mermado la ambición de los investigadores, que ven en esta tecnología un componente crucial para el futuro de la inteligencia artificial y la neurociencia.