En los últimos años, el pequeño municipio ha experimentado un notable incremento en su población, impulsado principalmente por las atractivas ayudas que ofrece a sus residentes. Estas ayudas, dirigidas a fomentar la estabilidad económica y el bienestar social, incluyen beneficios en vivienda, educación, y apoyos para el emprendimiento local. Las políticas municipales han sido especialmente efectivas para captar nuevos vecinos, quienes ven en estas asistencias una oportunidad para mejorar su calidad de vida en un entorno más accesible y menos saturado en comparación con las grandes ciudades.
El impacto de esta estrategia es evidente en las cifras de empadronamiento, que han alcanzado niveles récord. Las autoridades locales destacan el éxito de estos incentivos como parte de un modelo de desarrollo comunitario sostenible, que busca no solo atraer nuevos habitantes, sino también fortalecer el tejido social y económico del municipio. Sin embargo, este crecimiento plantea desafíos, como la necesidad de ampliar infraestructuras y servicios públicos, para mantener el equilibrio entre el auge demográfico y la calidad de vida que se ofrece a los nuevos residentes.
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