En medio de crecientes tensiones internacionales, la policía investiga la posible conexión de recientes acciones con una serie de sabotajes atribuidos al Gobierno de Vladimir Putin. Hace dos semanas, eventos sospechosos ocurrieron en diversos puntos de Europa, incluyendo infraestructuras, aviones y centros comerciales en Polonia, Lituania, Alemania y el Reino Unido. Las autoridades sugieren que estas actividades podrían formar parte de una campaña de desestabilización orquestada desde Moscú, en un intento de influir en las políticas y economías europeas.
Investigaciones preliminares apuntan a un patrón similar en los incidentes, lo que refuerza las sospechas de coordinación centralizada. Estos actos han generado preocupación entre los países afectados, que incrementan medidas de seguridad y cooperación internacional para mitigar futuros riesgos. La creciente actividad ha puesto en alerta a las agencias de seguridad europeas, que intensifican su vigilancia sobre movimientos sospechosos y aumentan esfuerzos para proteger infraestructuras críticas. Mientras tanto, el Gobierno ruso niega categóricamente cualquier implicación, calificando las acusaciones de infundadas y señalando un intento de demonización por parte de Occidente.
Leer noticia completa en El Mundo.