En lo que va de 2023, los vehículos monetarios han experimentado un notable incremento en su patrimonio, duplicándolo a pesar de las señales de desaceleración que se observan en las referencias del Tesoro a doce meses. Esta tendencia refleja un cambio significativo en el ámbito de las inversiones, donde los inversores parecen estar reforzando su apuesta por estos instrumentos financieros, buscando seguridad y estabilidad en un entorno económico incierto. Los fondos monetarios, que tradicionalmente son considerados como una opción de bajo riesgo, están captando la atención de aquellos que prefieren minimizar la exposición al riesgo ante la volatilidad del mercado.
A pesar de que la rentabilidad de las referencias del Tesoro a doce meses ha mostrado un descenso continuado en los últimos meses, la confianza en los vehículos monetarios no parece haber flaqueado. Esta dicotomía pone de relieve una creciente desconexión entre las expectativas de rentabilidad a corto plazo y la preferencia por la seguridad que ofrecen estos fondos. Los analistas sugieren que esta tendencia podría mantenerse, especialmente si las incertidumbres económicas globales persisten, impulsando a más inversores a buscar refugio en activos considerados seguros. En este contexto, los vehículos monetarios se consolidan como una alternativa atractiva para salvaguardar el capital en tiempos de incertidumbre.
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