En un esfuerzo conjunto por preservar el medio ambiente y proteger la salud pública, la Dirección General de Transición Energética y Economía Circular ha dado inicio a un ambicioso proyecto para la limpieza de 37.000 toneladas de residuos depositados ilegalmente en áreas agrícolas e industriales. Esta iniciativa, promovida por la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, se centra en la recogida, clasificación y tratamiento adecuado de los desechos, con un énfasis particular en aquellos materiales catalogados como nocivos, entre los que se incluye el peligroso amianto.
Los residuos, en su mayoría escombros y restos de actividades de construcción y demoliciones, así como muebles desechados y neumáticos fuera de uso, han sido una fuente de preocupación tanto para el equilibrio ecológico de la zona como para la salud de las comunidades locales. Este proyecto no solo busca eliminar estas amenazas, sino también restaurar la belleza y funcionalidad ecológica del paisaje mediante la siembra de especies autóctonas una vez culminada la limpieza del terreno.
La iniciativa, que se desarrolla en las localidades de Ciempozuelos y Valdemoro, contempla la renovación de la cubierta vegetal mediante el uso de plantas herbáceas autóctonas, lo que favorecerá la biodiversidad local. Así, se espera restaurar parte del ecosistema natural del área, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los residentes al recuperar espacios verdes que habían sido degradados por la acumulación de residuos.
El emplazamiento de los trabajos no solo ha contemplado aspectos medioambientales, sino también culturales. Al estar parcialmente ubicado en el yacimiento arqueológico de La Calderona, fue necesaria la autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural para asegurar que las operaciones no afecten los valiosos hallazgos arqueológicos que podrían encontrarse en la zona.
No es la primera vez que Valdemoro enfrenta desafíos similares. El año pasado, el Gobierno regional concluyó los trabajos de restauración del paraje de Los Blancares, una intervención que contó con una inversión de 436.670 euros. En ese proyecto, se retiraron 5.758 toneladas de residuos acumulados en una extensa área de 60.000 metros cuadrados, demostrando el compromiso del Ejecutivo regional con la protección y recuperación de los entornos naturales.
Con estas acciones, la región avanza en sus objetivos de transición ecológica y economía circular, estableciendo precedentes de gestión ambiental que buscan un desarrollo sostenible y respetuoso tanto con el medio ambiente como con el patrimonio cultural.