El Ministerio del Interior de España ha decidido proseguir con la adquisición de placas balísticas de alta protección para la Guardia Civil, pese a haber rescindido un contrato polémico con la misma empresa israelí, Guardian Homeland Security, para la compra de munición. La rescisión del contrato de 15 millones de balas se debió a preocupaciones sobre la estabilidad de la coalición de gobierno. Sin embargo, las placas balísticas son consideradas material de protección, no armamento, y están exentas del veto anunciado por La Moncloa al material de defensa proveniente de Israel. La compra es parte de un esfuerzo por mejorar la seguridad de las fuerzas del orden frente a amenazas crecientes, como el narcotráfico y el terrorismo, que emplean armamento de mayor calibre.
El proceso de adquisición comenzó en septiembre de 2024, alineándose con una política española de no comprar armamento a Israel desde octubre de 2023. Si bien la licitación inicial también buscaba adquirir chalecos antibalas de alta flotabilidad, esta parte quedó sin adjudicar por falta de ofertas válidas, mientras que las placas balísticas se adjudicaron por 320,000 euros. Guardian Homeland Security ya había trabajado con el Ministerio en el suministro de armas, aunque este colaboración pasada generó controversias debido a supuestos fallos en las pistolas provistas, lo que llevó a una actualización de las piezas por parte del fabricante. Pese a esto, la Guardia Civil afirma que actualmente no hay problemas con estas armas, demostrando un compromiso continuo con el equipamiento seguro y eficaz para sus agentes.
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