En un despliegue de estrategias antes del esperado debate, los candidatos J. D. Vance y Tim Walz se han sometido a rigurosas sesiones de preparación con la ayuda de prominentes figuras políticas. A pesar de afirmar que no necesitaba mucha preparación por tener «puntos de vista bien desarrollados sobre la política pública», Vance ha contado con su esposa Usha Vance, asistentes de alto nivel y el representante Tom Emmer, republicano de Minnesota, quién le ha ayudado a afinar sus argumentos asumiendo el papel de su oponente, Tim Walz. Esta información fue compartida por una fuente anónima cercana al proceso y proporcionada a la agencia Associated Press.
Por su parte, Tim Walz ha centrado sus preparativos en un hotel de Minneapolis, donde ha simulado el encuentro con el apoyo del secretario de Transporte, Pete Buttigieg. Al igual que Vance, Walz ha recurrido a una red de asesores para afinar su desempeño ante las cámaras y estar listo para cada ataque o propuesta que se plantee durante el debate. La información sobre la preparación de Walz fue suministrada por una persona con conocimiento del asunto, que solicitó mantener el anonimato al compartir los detalles con la Associated Press. Ambas estrategias de preparación reflejan la importancia del debate y la dedicación de los candidatos para asegurar una presentación sólida y persuasiva ante el electorado.
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