El grupo islamista ha emitido un comunicado advirtiendo a Israel que cualquier intento de operación militar no conseguirá liberar a los rehenes capturados. Afirman haber tomado medidas estratégicas al distribuir a los cautivos por varios barrios de la localidad. Esta declaración se da en un contexto de alta tensión, donde las acciones del grupo pretenden dificultar los esfuerzos israelíes por recuperar a sus ciudadanos sin recurrir a un acuerdo negociado. El movimiento demuestra un cálculo táctico destinado a maximizar la presión y prolongar el conflicto.
Las autoridades israelíes han respondido asegurando que se están evaluando todas las opciones posibles para lograr la liberación segura de los rehenes. Mientras tanto, la situación en la región sigue siendo extremadamente volátil, con el riesgo de escaladas adicionales de violencia. La comunidad internacional observa con preocupación, instando a un diálogo que evite un mayor deterioro de la paz en la zona. Este nuevo desarrollo complica aún más el panorama geopolítico y humanitario, subrayando la urgencia de una solución pacífica.
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