En un nuevo ataque a Kiev, los bombardeos rusos han dejado tres víctimas fatales, entre ellas una bebé de menos de un año. Este suceso intensifica la crisis humanitaria en Ucrania y resalta la continua tensión en la región. Las infraestructuras civiles siguen siendo blanco de los bombardeos, lo que genera un clima de terror entre los habitantes y dificulta las labores de rescate y atención médica. Este incidente se suma a la creciente lista de actos violentos que afectan a la población civil, aumentando la presión internacional sobre Rusia para que cese sus ataques.
En respuesta a esta tragedia, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, emitió un contundente mensaje en el que instó a la comunidad internacional a tomar medidas más firmes contra el Kremlin. «El mundo puede obligar a los criminales del Kremlin a dejar de matar», afirmó Zelenski, apelando a la necesidad de sanciones más severas y una intervención más decidida para poner fin a las agresiones. La declaración busca fortalecer el apoyo global hacia Ucrania y visibilizar la urgencia de una solución diplomática que evite más pérdidas de vidas inocentes.
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