Ucrania ha iniciado el año 2025 bajo fuego, siendo blanco de un ataque masivo con drones rusos que se lanzaron al amanecer, centrando el golpe en Kiev y causando graves daños. Los distritos de Sviatoshin y Pecherski, en el centro de Kiev, han sido los más perjudicados, con un saldo trágico de dos muertos, incluido un número no determinado de heridos, tres de los cuales requirieron hospitalización. Las ofensivas interrumpieron la tranquilidad del Año Nuevo, con el presidente Volodímir Zelenski denunciando la constante hostilidad rusa incluso en días festivos. Las labores de rescate continúan activamente, enfrentando incendios significativos en varias estructuras, incluidas la sede del Banco Nacional de Ucrania y edificios residenciales, lo que refleja el impacto destructivo del ataque.
Mientras las explosiones resonaban en Kiev, las defensas aéreas ucranianas lograron interceptar 63 de los 111 drones lanzados, sin embargo, 46 no pudieron localizarse, causando daños severos con sus restos. El ataque ha desencadenado escenas de caos en el céntrico distrito de Pecherski, donde trabajadores de emergencia y bomberos continúan buscando víctimas potenciales entre los escombros. La seguridad dentro del área está en máxima alerta, permitiendo el acceso solo a residentes y personal autorizado. Este ataque coincide con un significativo acto de desafío por parte de Ucrania, que ha decidido cesar el suministro de gas ruso a Europa, marcando un nuevo hito en las tensas relaciones con Rusia. En medio de esta crisis, Zelenski reafirmó su compromiso con los ideales europeos y su aspiración hacia un futuro como miembro de la Unión Europea y la OTAN.
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