El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó que la aviación israelí llevó a cabo «diez bombardeos» en las proximidades de Harasta, una localidad cercana a Damasco en Siria. Estos ataques se suman a una serie de intervenciones militares israelíes en el territorio sirio, las cuales, según Israel, tienen como objetivo neutralizar amenazas vinculadas a la presencia de fuerzas iraníes y del grupo Hezbolá en la región. Desde el inicio del conflicto sirio en 2011, Israel ha mantenido una política de no involucrarse directamente en la guerra civil, aunque ha realizado numerosas acciones militares con el fin de frenar el fortalecimiento de grupos hostiles.
El contexto actual en la región es tenso, con diversas facciones operando y en constante confrontación, lo que complica los esfuerzos internacionales por encontrar una solución pacífica al conflicto. Las acciones israelíes son un reflejo del entramado geopolítico en el Medio Oriente, donde las alianzas y rivalidades se entrelazan de modo complejo. La comunidad internacional continúa observando con preocupación el impacto de estos ataques en la estabilidad de la región, mientras que el gobierno sirio denuncia las incursiones como violaciones a su soberanía.
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