El conflicto entre Israel y Hamás estalló el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un devastador ataque que se cobró la vida de 1.200 personas en Israel y resultó en el secuestro de 251 más. La respuesta israelí fue inmediata, declarando formalmente la guerra al día siguiente y preparando acciones de ocupación en la Franja de Gaza, incluyendo un bloqueo total de suministros básicos. A lo largo de los meses siguientes, la región vivió una serie de episodios sangrientos. Uno de los más mortales fue la explosión en el hospital al-Ahli en Gaza, el 17 de octubre, con más de 100 muertos. Israel y Hamás se acusaron mutuamente del ataque. En noviembre, una breve tregua permitió el intercambio de rehenes y prisioneros.
La violencia escaló aún más en 2024 con incidentes significativos. El 11 de enero, Sudáfrica llevó a Israel ante la Corte Internacional de Justicia por acusaciones de genocidio, y en abril, la tensión aumentó con un ataque iraní en represalia a un bombardeo israelí en Siria. Durante todo el año, diversos países, incluyendo España, Irlanda y Noruega, reconocieron oficialmente al Estado de Palestina. El 28 de septiembre, Israel lanzó un ataque letal en Beirut que culminó con la muerte de Hasan Nasralá, líder de Hezbolá. Sin embargo, las hostilidades no cesaron, conduciendo a un año de lucha con 41,909 muertos en Gaza. A partir de octubre de 2024, la situación en la región seguía siendo crítica, mientras la comunidad internacional buscaba medios para frenar la escalada continua de uno de los conflictos más devastadores del siglo.
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