Durante las últimas 24 horas, el conflicto en Oriente Próximo ha intensificado con múltiples ataques y crisis humanitarias. Israel ha llevado a cabo un segundo ataque aéreo en menos de un día en el barrio de Mezzeh, en Damasco, provocando al menos 20 muertes adicionales a las 13 reportadas la víspera. Simultáneamente, en la franja de Gaza, el número de fallecidos debido a los bombardeos israelíes ha superado los 43.750, según fuentes oficiales controladas por Hamás. La situación es tan crítica que Naciones Unidas advierte que la ayuda humanitaria está en un punto extremadamente bajo, con entregas casi imposibles de implementar. Además, en Líbano, han muerto más de 59 personas a causa de más de cien ataques israelíes en las últimas 24 horas, lo que eleva el número de víctimas fatales a 3.445 desde el inicio de la guerra en octubre de 2023.
En otro retoque estratégico, el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, ha aprobado 7.000 órdenes de reclutamiento para ultraortodoxos, en un movimiento para integrar a esta comunidad en el ejército. Mientras tanto, en Líbano, un asesor del líder supremo de Irán ha mantenido un encuentro con el primer ministro libanés para discutir el conflicto. En este clima de tensión, Unicef ha denunciado los «escalofriantes paralelismos» entre las guerras de Líbano y Gaza, subrayando la falta de respeto por los civiles. Estos desarrollos acentúan las complejidades y el impacto devastador de la guerra en la región, subrayando la necesidad de una resolución urgente para evitar más sufrimientos.
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