El club blanco protagonizó una reacción contundente tras las declaraciones del equipo arbitral que calificaron como «inoportunas». Estas afirmaciones generaron un desencadenamiento de tensiones que pusieron en tela de juicio la participación del equipo en el próximo encuentro de la Copa del Rey. A pesar del descontento y las críticas públicas, tras un intenso debate interno, la directiva del club decidió que el equipo participaría en el partido, buscando así evitar mayores conflictos y centrar su atención en el desempeño deportivo.
En el trasfondo de esta controversia, queda patente la compleja relación entre clubes de alto perfil y cuerpos arbitrales, ejemplificada por este incidente. La situación puso de relieve la necesidad de una comunicación más cautelosa y diplomática para evitar enfrentamientos innecesarios que puedan afectar la integridad y la imagen del fútbol. La decisión del club blanco de participar en el partido, a pesar de las provocaciones, subraya un mensaje de profesionalismo y compromiso hacia su afición y la competición.
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