Las Islas Canarias han sido escenario de masivas manifestaciones en rechazo al creciente enfoque comercial y turístico que, según los protestantes, está transformando al archipiélago en un «parque temático». Con pancartas que lo proclamaban, miles de personas se congregaron en Tenerife y otras islas para expresar su descontento contra proyectos que creen están dañando el carácter autóctono y natural de la región. La movilización destacó por su creatividad y determinación, incluyendo manifestantes que llevaron sus consignas directamente a las playas, subrayando la importancia de preservar el entorno natural de las islas frente a intereses económicos.
Estas protestas reflejan un creciente sentimiento local que defiende tanto la autenticidad cultural como la protección ambiental de la región. Los ciudadanos expresaron preocupación por el impacto que el desarrollo turístico descontrolado está teniendo sobre los recursos naturales y la vida comunitaria, aspectos que consideran fundamentales para la identidad canaria. Las autoridades, por su parte, se enfrentan al reto de balancear el desarrollo económico con las demandas locales, en un contexto donde la presión de la industria turística es cada vez mayor y el sentimiento comunitario a favor de la conservación sigue ganando fuerza.
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