Durante tres días, Ciudad de México se convirtió en el epicentro de intensas protestas organizadas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Miles de maestros tomaron las calles del centro histórico, exigiendo mejores condiciones laborales y una revisión a la reforma educativa vigente. Las movilizaciones provocaron caos vial y llevaron al cierre de varias estaciones del transporte público. Las autoridades locales desplegaron un considerable número de elementos de seguridad para contener a los manifestantes y redirigir el tráfico en las áreas afectadas.
Los líderes de la CNTE argumentan que las reformas recientes no han mejorado la calidad educativa y han dejado de lado necesidades fundamentales del gremio docente. A pesar de los inconvenientes causados, los manifestantes han contado con el apoyo de padres de familia y estudiantes, quienes se sumaron a las marchas para exigir una mejor educación para todos. El gobierno ha manifestado su disposición a dialogar, aunque no ha presentado aún un plan concreto que satisfaga las demandas del magisterio. La situación sigue siendo tensa, con expectativas de nuevas movilizaciones si no se alcanzan acuerdos significativos.
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