En una noche marcada por la tensión y el descontento, agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) se enfrentaron a un grupo de manifestantes en las inmediaciones de la sede del PSOE en Ferraz. La protesta, que coincidió con el aniversario de las manifestaciones contra la ley de amnistía, derivó en momentos de alta intensidad alrededor de las 22:30 horas, cuando un grupo de manifestantes intentó derribar las vallas de seguridad que impedían el acceso a la sede socialista. La situación se agravó cuando algunos de los protestantes comenzaron a quemar contenedores y lanzar botellas contra los policías, obligando a los agentes a responder con el uso de pelotas de goma para dispersar a la multitud por las calles aledañas de Marqués de Urquijo y Pintor Rosales.
Según la Delegación del Gobierno en Madrid, aproximadamente 2.000 personas participaron en la protesta, que fue condenada por el PSOE debido a la presencia de manifestantes exhibiendo gritos fascistas y saludos nazis, a quienes describieron como «neofranquistas encapuchados». A lo largo de la tarde, una autodenominada «marcha negra» recorrió el centro de Madrid, expresando su rechazo a las políticas del actual Gobierno. La velada concluyó con disturbios y una firme condena por parte del partido gobernante, subrayando un ambiente de polarización creciente en el contexto político español.
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