La administración del expresidente Donald Trump ha puesto en marcha una audaz estrategia para revitalizar la industria estadounidense de semiconductores. Según un informe exclusivo de Reuters, Trump ha intervenido para que la compañía taiwanesa TSMC se haga cargo de la gestión de Intel Foundry Services (IFS) mediante una empresa conjunta. Este movimiento busca asegurar la competitividad de Estados Unidos en la producción de semiconductores, permitiendo a TSMC controlar operativamente IFS sin superar el 50% de participación en la nueva entidad. De este modo, TSMC mantiene su independencia mientras accede al mercado estadounidense y evita potenciales aranceles a los chips importados desde Taiwán.
La alianza va más allá de TSMC: empresas como NVIDIA, AMD y Broadcom también serán socias, utilizando las tecnologías avanzadas de Intel para producir nuevos procesadores y tarjetas gráficas. La nueva IFS operará exclusivamente para estas compañías, y empleará nodos avanzados de Intel, como el Intel 18A y el 14A. Fuentes cercanas apuntan a que estos procesos serían más avanzados y económicos que los de TSMC, permitiendo a la empresa conjunta recuperar rentabilidad en el sector.
En el contexto de tensiones comerciales entre EE.UU. y China, TSMC ha encontrado en esta empresa conjunta una manera de evitar aranceles y satisfacer en parte las demandas estadounidenses de fabricar nodos avanzados en suelo norteamericano. El gobierno taiwanés ha rechazado mover la fabricación de estos nodos a EE.UU.; sin embargo, este acuerdo refuerza a TSMC sin comprometer su soberanía.
La situación de Intel ha sido difícil, enfrentando pérdidas financieras y disminución de cuota de mercado frente a competidores. La creación de IFS como una entidad independiente fue un indicio de reestructuración y un paso previo a la actual alianza con TSMC, con la que Intel busca retornar a la rentabilidad y evitar quedarse atrás en la carrera por la producción de semiconductores avanzados frente a China y Europa.
Si esta alianza se concreta, se espera que los primeros chips de AMD y NVIDIA, fabricados en nodos de Intel, lleguen al mercado entre 2026 y 2027. Esta colaboración podría consolidar la tecnología de fabricación de Intel como una alternativa competitiva frente a la de TSMC.
En términos geopolíticos, esta estrategia redefine el equilibrio en la industria de los semiconductores. A corto plazo, la alianza parece favorecer a todas las partes involucradas. Intel se beneficia del financiamiento y la experiencia de TSMC, mientras que la compañía taiwanesa refuerza su posición global sin ceder soberanía a EE.UU. Para Trump, el resultado es un fortalecimiento de la industria de semiconductores estadounidense, evitando una guerra comercial con Taiwán.
A medida que esta empresa conjunta evolucione, será crucial observar cómo afecta al liderazgo de TSMC en la industria global y si Intel logra reestablecerse como un peso pesado en la fabricación de chips.