El mercado global de procesadores para servidores está viviendo un movimiento sin precedentes. Intel y AMD, los gigantes históricos del sector, han decidido realizar una significativa reducción de precios en sus CPUs de gama más alta, algunas superando el 50%. Este ajuste sincrónico en sus estrategias de precios ha sorprendido a la industria, acostumbrada al antagonismo entre ambas compañías.
La causa más plausible de este giro parece ser la emergencia de Huawei, quien ha introducido su procesador KunPeng 930 en el mercado. Diseñado con arquitectura propia, este chip puede albergar hasta 160 núcleos por placa base, poniendo en alerta a Silicon Valley.
Curiosamente, este movimiento de Intel y AMD coincide con un periodo de auge en el mercado de servidores, impulsado por la demanda creciente de inteligencia artificial y soluciones en la nube. El mercado está en un momento de expansión, a pesar de lo cual, se han visto obligados a ajustar sus precios de forma dramática. Un AMD EPYC 9965, por ejemplo, ha reducido su coste de 14,813 dólares a 9,713 dólares. Mientras tanto, el precio de un Intel Xeon 6980P ha bajado de 12,460 dólares a 5,836 dólares.
Las especificaciones filtradas del KunPeng 930 suponen un desafío directo para Intel y AMD. Con 40 núcleos por die y soporte para DDR5, el procesador de Huawei podría erosionar la hegemonía de estos gigantes en el mercado de servidores, especialmente dentro de China.
Una cuestión clave deriva de la implicación de TSMC en la fabricación de este nuevo procesador. Con prohibiciones vigentes por sanciones de EE.UU. y la UE, el uso de tecnología de TSMC por parte de Huawei podría desencadenar disputas geopolíticas, dada la sensibilidad del sector de semiconductores.
Ante este panorama, Intel y AMD parecen estar en modo defensivo. La posibilidad de que Huawei despliegue su procesador a gran escala supone una amenaza potencial para sus cuotas de mercado, especialmente si China promueve una estrategia de soberanía tecnológica que priorice soluciones internas.
La situación rememora a la competencia que experimentaron cuando AMD irrumpió con sus procesadores EPYC, una situación que permitió a AMD capturar un significativo porcentaje del mercado en poco tiempo. Sin embargo, el escenario actual es más complejo, ya que el nuevo rival no es solo una empresa tecnológica, sino un actor respaldado por el gobierno chino.
La guerra de precios encarnada por Intel y AMD no solo tiene relevancia para las empresas involucradas, sino también para un amplio espectro de otras compañías y servicios, desde hyperscalers como Amazon y Google hasta diversas ramas de la industria de la inteligencia artificial.
Esta etapa marca un cambio significativo en el entorno competitivo de las CPUs para servidores. La gran incógnita es cuánto tiempo tardará Huawei en establecerse como un actor de peso en este segmento, desafiando el histórico duopolio de Intel y AMD.
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