Intel ha reportado pérdidas netas de 2.918 millones de dólares en el segundo trimestre fiscal de 2025, una caída del 81% en comparación con el mismo período del año anterior. A pesar de mantener ingresos estables de 12.900 millones de dólares, los márgenes brutos se han reducido significativamente, evidenciando la presión competitiva del mercado.
La empresa ha confirmado más despidos de empleados mientras busca finalizar 2025 con 75.000 trabajadores, lo que implica significativas salidas adicionales. Estos recortes son parte de una estrategia para crear una organización más ágil y eficiente, con costos de reestructuración que han alcanzado los 1.900 millones de dólares en este trimestre.
Por otro lado, Intel ha decidido cancelar proyectos de expansión en Europa y ralentizar la construcción de una macrofábrica en Ohio. Estos movimientos buscan optimizar las inversiones y mejorar el retorno de capital. Además, la consolidación de operaciones en Asia pretende reforzar el enfoque estratégico de la compañía.
A nivel de negocio, la división de centros de datos e inteligencia artificial ha crecido un 4%, aunque continúa siendo superada por sus principales competidores. Los analistas cuestionan si los actuales planes de Intel podrán acortar distancias en el dinámico segmento de la inteligencia artificial.
De cara al futuro, Intel anticipa ingresos de 12.600 a 13.600 millones de dólares en el próximo trimestre, con expectativas de pérdidas o, en el mejor de los casos, un resultado ajustado plano. El gasto de capital proyectado es de 18.000 millones de dólares para el año, con planes de reducirlo significativamente.
El mercado observa con atención si Intel podrá recuperar su posición en un sector dominado por la innovación y el avance tecnológico liderado por Asia. La capacidad de adaptarse y ejecutar su estrategia será crucial en los meses venideros.
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