Intel Corporation está considerando un cambio significativo en su estrategia de fabricación de chips, lo que podría implicar el abandono de la comercialización externa de su proceso 18A para enfocarse en el nodo 14A. Esta medida se contempla como parte de un esfuerzo por recuperar la competitividad frente a TSMC.
Desde que Lip-Bu Tan asumió la dirección de Intel en marzo de 2025, la empresa ha estado lidiando con las repercusiones de un año fiscal complicado en 2024, cuando reportó su primera pérdida neta anual desde 1986, cuantificada en 18.800 millones de dólares. La posible retirada del nodo 18A podría conllevar depreciaciones contables significativas, dado el considerable nivel de inversión realizado, y representa un giro estratégico importante bajo la nueva gestión.
El proceso 18A ha sido clave en los intentos de Intel de competir con gigantes como TSMC y Samsung. Sin embargo, la falta de clientes externos ha llevado a revaluar su viabilidad. Aun así, Intel continuará usando el 18A para productos propios, como sus procesadores Panther Lake, en desarrollo para 2025, además de honrar compromisos con empresas como Amazon y Microsoft.
Intel también planea seguir dos versiones avanzadas del 18A: el 18A-P para 2026 y el 18A-PT para 2028. No obstante, su futuro está condicionado a la aceptación del mercado y al desempeño del nodo 14A. Este último, visto como una propuesta más eficiente, podría atraer a grandes clientes que actualmente dependen de TSMC, como Apple y NVIDIA.
Desde un punto de vista financiero, la decisión de reducir el enfoque en 18A podría permitir a Intel redirigir recursos hacia el desarrollo del 14A. En el mercado bursátil, Intel ha comenzado a recuperarse en 2025, con un valor de acción de 34,18 dólares, aunque aún muestra una variación negativa del 12 % en el año. En contraste, TSMC presenta un fuerte desempeño con una cotización de 168,40 dólares, y un incremento interanual del 28 %.
Según declaraciones oficiales, Intel presentará sus propuestas al consejo de administración en breve, sin embargo, no se espera una conclusión hasta otoño. Mientras tanto, la empresa se mantiene firme en su compromiso de fortalecer su hoja de ruta y mejorar la confianza del cliente.
Este posible cambio hacia el proceso 14A podría marcar un retorno a un enfoque más conservador tras sucesivos años de inversiones agresivas en procesos de punta que aún no han escalado a producción masiva. La capacidad de Intel para posicionar el 14A como una opción viable frente a TSMC será crucial para su futuro en el competitivo mercado de semiconductores.
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