Roda de Isábena, un pequeño pueblo enclavado en la comarca de Ribagorza, Huesca, se presenta como un destino singular en España. Con apenas 44 habitantes, este enclave es conocido por albergar la catedral de San Vicente Mártir, la más pequeña de España y una de las más antiguas de Aragón, construida entre los siglos XI y XII en estilo románico lombardo. A lo largo de su historia, la catedral ha sido testigo de importantes eventos, como el traslado de la diócesis a Lérida en el siglo XII que marcó su decadencia, y un saqueo en el siglo XX a manos del célebre ladrón de arte Erik el Belga. Este lugar sigue fascinando a los visitantes por su atmósfera medieval y sus fascinantes restos de frescos y sepulcros de obispos en su cripta.
A pesar de su reducido tamaño, Roda de Isábena ofrece varios puntos de interés que garantizan una visita memorable. El casco histórico, con sus calles estrechas y empedradas, transporta a los turistas a una época pasada, complementado por el imponente Palacio del Prior del siglo XVI y el puente medieval que cruza el río Isábena. Además, el mirador de los Arcos del Portal ofrece vistas impresionantes del valle del Isábena, perfectas para los amantes del paisaje. Aunque llegar a este rincón aislado requiere un viaje de dos a tres horas desde Huesca o Zaragoza, la combinación de historia, patrimonio y un entorno natural impresionante convierten a Roda de Isábena en un destino ideal para quienes buscan un lugar auténtico y especial.
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