Un sanitario ha manifestado su frustración ante lo que considera un abuso del sistema judicial por parte de una pareja que reside en su propiedad. Según el dueño de la vivienda, la mujer obtuvo el estatus de vulnerabilidad tras un supuesto divorcio, lo cual le concedió ciertos beneficios legales y protección que le permiten seguir habitando el lugar. Sin embargo, el propietario ha observado repetidamente al hombre, de quien se supone que está divorciada, entrando y saliendo de la casa, lo que le lleva a pensar que la pareja podría estar manipulando la situación para seguir disfrutando de las ventajas que ofrece el sistema de protección social en casos de vulnerabilidad.
La situación ha generado desconcierto y malestar entre los vecinos, quienes también han sido testigos de la presencia continua del hombre en la vivienda. Estos hechos han llevado al sanitario a cuestionar la eficacia y los mecanismos de control de las autoridades judiciales y del Estado, ya que, según él, no se están tomando medidas para verificar la veracidad del divorcio y las circunstancias de vulnerabilidad alegadas. La comunidad teme que este caso pueda sentar un precedente negativo, incitando a que otras personas recurran a tácticas similares para obtener beneficios indebidamente, y demandan una revisión exhaustiva de los procesos para asegurar que verdaderamente protejan a quienes lo necesitan.
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