En el marco de un esfuerzo por modernizar la infraestructura de una de las líneas más transitadas del sistema de transporte público madrileño, Metro de Madrid ha dio pasos agigantados junto a la comunidad internacional. Recientemente, ha organizado junto a CoMET (Community of Metros) unas jornadas técnicas que coinciden con el inicio de los trabajos para la transformación integral de la Línea 6, también conocida como la Circular.
Este proyecto de renovación contempla la sustitución completa de la plataforma de vía, la instalación de nuevas puertas de andén y la modificación del sistema de señalización. Además, se incorporarán 40 nuevos trenes a la misión de mejorar un servicio que ya cuenta con más de 116 millones de usuarios al año. La afluencia diaria de la Línea 6, que atraviesa 23,5 kilómetros con 28 estaciones, alcanza una media de 400.000 pasajeros.
A lo largo de las sesiones, cerca de veinte representantes de los metros más reconocidos del mundo, pertenecientes a la red de CoMET, se han reunido para intercambiar conocimientos. Este grupo, que incluye miembros de ciudades como Nueva York, Londres, París, Santiago de Chile y Hong-Kong, entre otros, se centra en explorar las mejores prácticas del sector para convertir líneas convencionales en automáticas. El objetivo principal es optimizar el diseño, la planificación y la ejecución de proyectos similares, lo que permitirá una operación más eficaz.
Desde su adhesión a CoMET en 1998, Metro de Madrid ha podido consultar y adoptar soluciones a problemas comunes que se experimentan en similares sistemas de transporte a nivel mundial. Esta colaboración internacional sirve como una plataforma para el aprendizaje y la integración de innovaciones probadas en otros lugares, garantizando así que las decisiones que se tomen estén apoyadas en el éxito de estructuras semejantes.
La renovación de la Línea 6 arrancará en junio con una primera fase que comprenderá el arco suroeste, desde Moncloa hasta Méndez Álvaro, y finalizará en septiembre. La segunda fase tendrá lugar desde entonces hasta diciembre, abarcando el tramo noreste, de Moncloa a Legazpi. Este ambicioso plan busca no solo mejorar el tiempo y la seguridad de los viajes, sino también establecer un nuevo estándar en la experiencia del pasajero.
La conjunción de esfuerzos locales e internacionales promete un futuro más eficiente para el transporte subterráneo de Madrid, reflejando un compromiso no solo con la modernidad, sino también con la satisfacción y seguridad de sus usuarios.