Un reciente estudio del Instituto de Investigación del Hospital del Mar ha arrojado luz sobre la relación entre la microbiota intestinal, la inmunoglobulina A (IgA) y la eficacia de las vacunas contra la neumonía. Publicado en la prestigiosa revista Science Advances, este trabajo revela que la carencia de IgA puede comprometer la respuesta del sistema inmunológico a las vacunas, un factor crítico en personas con inmunodeficiencias.
La investigación, que utilizó modelos de ratones modificados, evaluó la respuesta a las vacunas contra el neumococo, un patógeno que puede causar neumonía y otras enfermedades graves. Aunque estas vacunas suelen ser efectivas, los individuos con deficiencia de IgA no siempre consiguen una activación inmunitaria adecuada, dejándolos más expuestos a infecciones respiratorias severas.
La IgA, esencial para el equilibrio de la microbiota intestinal, asegura que las bacterias colonizadoras sean beneficiosas. Sin embargo, su ausencia puede facilitar la proliferación descontrolada de bacterias más allá del intestino, desencadenando una respuesta inmune excesiva y persistente que eventualmente debilita las defensas del cuerpo. Andrea Cerutti, uno de los investigadores involucrados, explica que la falta de IgA ocasiona una respuesta desmedida de otros anticuerpos, como la inmunoglobulina G (IgG), reduciendo así la efectividad de las vacunas.
El estudio resalta la importancia de considerar la deficiencia de IgA en los programas de vacunación desde la infancia. Los investigadores sugieren que la administración temprana de anticuerpos IgA podría mitigar la respuesta inmune exacerbada, mejorando así la eficacia de las vacunas.
Estas conclusiones podrían ser significativas para grupos vulnerables, como los mayores de 65 años, quienes son frecuentemente aconsejados a vacunarse contra el neumococo. Actualmente, ensayos clínicos están en curso para desarrollar tratamientos que aborden la deficiencia de IgA.
La investigación se llevó a cabo en colaboración con instituciones internacionales, como el Vall d’Hebron Institut de Recerca y la Icahn School of Medicine at Mount Sinai en Nueva York, subrayando la importancia mundial de estos hallazgos en el ámbito de la salud.