La escasez de agua es un desafío constante para la agricultura en España, un país que enfrenta continuos periodos de sequía particularmente intensos durante los meses más calurosos. En un esfuerzo por mitigar el impacto de esta situación, la empresa 1NCE subraya el potencial transformador del Internet de las Cosas (IoT) para la agricultura inteligente, destacando su capacidad para reducir a la mitad el consumo de agua.
España, que lidera la Unión Europea en superficie de regadío y es el mayor a nivel mundial en riego localizado, enfrenta un desafío significativo. Actualmente, un 52,69% de la superficie regada en el país se maneja a través de sistemas de riego localizado, muy por encima de la media mundial del 6% del territorio regable. En 2021, se regaron 3.862.811 hectáreas de un total de 16.902.423 cultivadas, representando un 22,85% de la superficie total cultivada, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El uso del IoT en agricultura no solo promete optimizar el uso del agua, sino también minimizar la pérdida de fertilizantes por riego excesivo. La tecnología permite obtener información en tiempo real, independientemente de las condiciones climáticas, posibilitando una toma de decisiones más informada y precisa. 1NCE, que apoya a 1.600 empresas en 90 países, incluidas en España, está al frente de esta revolución tecnológica en el agro. La empresa se enfoca en la monitorización de cultivos, control inteligente de plagas, riego preciso, y análisis de colonias de abejas, alcanzando a más del 7% de su base de clientes en estos casos de uso.
En términos prácticos, el IoT facilita la automatización y recopilación de datos esenciales que permiten a los agricultores operar de manera más eficiente y sostenible. 1NCE ofrece soluciones que incluyen el control del grado de humedad del suelo, pronóstico del tiempo, análisis de salud de cultivos, teledetección, y la gestión de equipos automatizados. Además, estas tecnologías se extienden a la gestión de la cadena de suministro, seguridad agrícola y protección contra fenómenos como las heladas.
Con las perspectivas actuales, la implementación del IoT en agricultura no solo plantea una respuesta a la crisis hídrica, sino que redefine cómo se entiende la gestión agrícola en un contexto de creciente demanda de sostenibilidad y eficiencia. En un país tan afectado por la sequía como España, estas innovaciones proporcionan una hoja de ruta para un futuro más resiliente y adaptado a las exigencias climáticas actuales.