La gestión forestal sostenible emerge como un elemento crucial para equilibrar conservación ambiental y desarrollo económico en áreas rurales, integrando tecnologías avanzadas para enfrentar retos contemporáneos como el cambio climático. Estas innovaciones, que incluyen sensorización, Big Data e inteligencia artificial, no solo optimizan el manejo forestal sino que también mejoran la prevención de incendios, plagas y enfermedades.
Europa reconoce el papel central de la gestión forestal sostenible para atraer inversiones y fomentar la innovación, asegurando un suministro estable de materias primas. España, con más del 55% de su territorio cubierto de montes, se encuentra en una posición privilegiada para capitalizar estos beneficios. La gestión adecuada de estos territorios no solo impulsa la economía sino que promueve el empleo estable y atrae población a zonas rurales.
La integración de prácticas agrícolas y ganaderas compatibles con la conservación forestal contribuye a la creación de paisajes más seguros y productivos. Se estima que la gestión eficiente de 1.000 hectáreas de monte puede generar entre 30 y 50 empleos directos e indirectos, un estímulo notable para las economías locales, especialmente en áreas afectadas por la despoblación.
Expertos destacan que la gestión forestal sostenible debe cumplir tres funciones esenciales: manejar biomasa eficientemente, restaurar áreas dañadas por incendios o degradación y contribuir a la captura de carbono, fertilidad del suelo y calidad del agua. Estas acciones son vitales para garantizar recursos naturales que sustentan múltiples sectores.
Con innovaciones tecnológicas modernizando la gestión forestal, se promueve una administración más eficiente de recursos y la profesionalización del sector. La digitalización y formación especializada abren nuevos caminos para inversión verde, fortaleciendo así la resiliencia de ecosistemas y economías rurales.
La estrategia de gestión forestal sostenible se perfila como un enfoque integral que conecta conservación, desarrollo económico y sostenibilidad. Los beneficios de un monte bien gestionado van desde la estabilidad en materias primas hasta la generación de empleo y atracción de inversiones, mejorando la reputación corporativa en sostenibilidad.
El movimiento Landcare, originado en Australia, promueve una gestión de recursos naturales con enfoque holístico. España ilustra este enfoque a través del ‘Proyecto de Gestión Forestal Sostenible bajo un modelo Industria 4.0 en la Montaña Lucense’, reconocido como Iniciativa Empresarial Prioritaria por la Xunta de Galicia en enero de 2024. Esta iniciativa destaca el compromiso con crear ecosistemas resilientes y un mundo rural activo y sostenible.