La capital estadounidense enfrenta otra vez la amenaza de un cierre gubernamental, al no lograrse un acuerdo presupuestario entre demócratas y republicanos. De no alcanzar un pacto, el gobierno cerrará parcialmente a las 0:01 del 1 de octubre, inicio del nuevo año fiscal. Con el plazo al borde, el presidente Donald Trump convocó a líderes de ambos partidos en el Capitolio para intentar evitar el temido «shutdown». Los demócratas, encabezados por Hakeem Jeffries y Chuck Schumer, buscan la extensión de subsidios de la Ley de Atención Médica Asequible y la reversión de recortes a Medicaid, mientras que los republicanos insisten en una extensión temporal de la financiación hasta noviembre. La Casa Blanca ha advertido sobre posibles despidos masivos si no se llega a un acuerdo.
Las tensiones aumentan con declaraciones de los líderes republicanos, quienes acusan a los demócratas de mantener demandas inaceptables, como la financiación para atención médica a inmigrantes y operaciones transgénero. Con históricas diferencias en juego, el Senado, donde los republicanos controlan 53 escaños frente a 43 de los demócratas, requiere cooperación bipartidista. En medio de este conflicto recurrente, muchos servicios federales, considerados esenciales, persistirán, aunque parques nacionales y museos cerrarían. La situación recuerda episodios pasados como el bloqueo de 2018. Mientras tanto, Washington se mantiene en suspenso, evaluando si esta vez el «lobo» finalmente hace su aparición.
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